la mejor final que he visto (análisis)
Han pasado ya unos días de el maravilloso caos que es el mundial de futbol. A pesar de los múltiples problemas que esta edición nos presentó nosotros estamos aquí para dos cosas, futbol y futbol, lo demás es tema de otro canal. Así es que, ¿qué les parece si les platico mis impresiones de ésta increíble final?
Se ha dicho, escrito, cantado, un sinfín sobre Leo Messi y su ahora completa vitrina de títulos. Lo único que puedo agregar es que me da un enorme gusto haber sido testigo de esta época del futbol y de este genio con el balón, sin duda era algo que merecía su carrera y pone fin a discusiones sin sentido. La manera en la que se arrodilla al final de los tiros penales es un fiel testamento del gran peso que tenía encima uno de los jugadores más icónicos que nos tocará ver en nuestras vidas.
Del otro lado tuvimos al heredero de toda esa gloria, y es que como si hubiese sido script de película, llegan a la final dos equipos con dos líneas narrativas tan distintas. Por un lado, un equipo plagado de figuras, actuales campeones del mundo y con el jugador emblema que está llamado a dominar el mundo del futbol por los siguientes años. Del otro, un equipo que tiene su mayor fortaleza en el conjunto, la garra y desde luego la magia en los botines de su número 10. Y vaya que ambos protagonistas entregaron una buena actuación.
Al inicio del partido parecía que Argentina moría por ese título, peleaban, corrían y movían el balón a un ritmo que parecía el doble de los franceses, quienes se vieron sorprendidos y avasallados desde los primeros minutos. “La Scaloneta” salió jugando con su 4-3-3 que permitía cortar los circuitos de los avances franceses quienes jugaron inicialmente con una alineación 4-2-3-1. La primera nota táctica viene en las dos líneas defensivas argentinas, ya que el centro del campo y la última línea se mantuvieron compactas, así evitaban que el balón llegara con facilidad a Giroud y cuando el balón transitaba las bandas con Mbappe o Dembélé, estos recibían muy aislados y la presión argentina llegaba con dos jugadores constantemente. Los tres atacantes de Argentina mantuvieron constantemente a los laterales franceses en su zona defensiva lo cual debilitaba al cuadro francés. Así es como la albiceleste dominó el partido hasta irse 2-0 arriba en el marcador.
El segundo gol merece una mención especial, nace de una presión en la zona de la banda y una transición rápida y precisa al contragolpe. Los jugadores que participaron en este contragolpe recuperan el balón abajo y salen disparados para ganar mayoría contra la defensa rival. Así cuando Francia pierde el balón en un toque llega a Messi en medio campo, y con un par de toques sin dejar que el balón este sirve a Julian Álvarez que ya recorría metros en dirección de ataque, una vez mas el no pierde tiempo y tira el balón adelante, y el que lo recibe es Mac Allister, quien había iniciado la jugada detrás de Messi y Julian y ya se encontraba de frente a la defensa francesa. Mac Allister tampoco se equivoca y pone un pase de billarista a los pies de Di María quien termina la obra.
Di María, hasta ese momento del partido había sido el jugador mas importante de Argentina al ofrecer una constante válvula de escape y un medio de ataque por la banda. La banda opuesta, muchas veces lucía vacía ya que Messi no permaneció ahí fijo, sino que flotaba al centro del campo transformando la alineación en un 4-4-2 con un diamante en medio campo encabezado por el 10 argentino. Sin embargo, ese espacio era utilizado de manera estupenda por Álvarez, quien utilizaba su constante movilidad para preocupar a los defensas o por un de Paul que también jugó un partidazo recorriendo esa pradera.
El comentario que mas leí durante esa fase del juego es que Francia no estaba jugando bien, mi contra argumento sería que no los dejaban jugar bien. El planteamiento táctico de argentina - que fue una de las claves durante todo el torneo – había superado al de Deschamps quien tuvo que corregir el rumbo haciendo 2 cambios antes del medio tiempo. Si, antes del medio tiempo en una final, Deschamps sacó a dos de sus hombres de ataque. Y ahí se comenzó a gestar la gran final que tendríamos. Thuram and Muani entran a la cancha y el resultado no es inmediato, pero es notorio. Francia gana en velocidad que es un tema que tenía ganado Argentina desde el minuto uno. Es ya en el segundo tiempo cuando Deschamps vuelve a hacer cambios y afecta al partido de manera radical. Introduce a Coman y Camavinga, y aquí su estructura se afecta, tirando un 4-2-4 de manera que buscaban ganar numéricamente la batalla con la defensa albiceleste.
Todos estos cambios y reestructura ayudan a Francia a volver al partido y la velocidad de Muani es justamente la que le proporciona la jugada del primer penal Frances. Y por si eso fuera poco, el segundo gol viene de un robo de balón de Coman a Messi y termina con un remate espectacular de Mbappe.
La mesa estaba servida, ambos cuerpos técnicos habían tirado sus cartas a la mesa y en ese momento Francia parecía favorito para en cualquier momento anotar el tercero. La salida de Di María afectó al funcionamiento de los argentinos y la ahora mucho más rápida Francia ganaba en casi todos los sectores de la cancha. Pero, cabe señalar que esto no se dio hasta ya muy avanzado el partido, ya que el primer disparo de los franceses llega hasta el minuto 71. Pero una vez que consiguieron el primer gol la mesa se había volteado, y si algo habíamos visto en Argentina era una debilidad para mantener resultados a lo largo del torneo.
Así es que llegaron los tiempos extra, y con estos también llegaron más cambios. Scaloni volvió a mover sus piezas y recuperó el medio campo. Ya Acuña volvía a tener opciones al ataque y las piernas frescas de Paredes y de Lautaro Martínez ayudaron a retomar el rumbo que el partido había tenido en su mayoría. La combinación del tercer gol es muestra de ello y parecía que el cuento de hadas terminaría de manera brillante, justamente con gol de Messi en el complemento. Pero, como en todo partido de alta tensión volaron los argumentos que mencionan que este gol no debió contar, que si por fuera de lugar, que si porque el balón cruzaba o no la línea, que si porque los jugadores de la banca invadieron la cancha. Probablemente este último argumento sea el más válido y nos pudo haber robado ese final de 3 goles por equipo.
Pero la final nos tenía un último giro de tuerca, un último esfuerzo francés y un último penal. Y aquí también hay controversia, ya que, si bien la mano de Montiel es del tamaño de una casa, el balón le cae a Mbappe después de golpear a un jugador francés… ¡en la mano!. En videos que circulan en redes sociales se puede apreciar ligeramente que Upamecano toca el balón con su brazo en alto y este es desviado en dirección al 10 quién inmediatamente suelta su disparo. De esto me queda muchísima duda, porque nadie lo comentó, nadie reclamó, no hay muchas repeticiones que lo muestren y obviamente no fue señalado por el VAR. Finalmente, Mbappé anotó convirtiéndose en un histórico al anotar 3 goles en una final y regalándonos más momentos mágicos en este partido.
Los penales ya son otra cosa y ahí Argentina contaba con una ventaja muy grande. Emiliano Martinez se ha destacado por ser marrullero, pícaro, molestón, hábil y muy bueno para atajar los penales. Todo esto se vió desplegado en el terreno de juego y sus rivales sintieron la presión en todo momento. Al final Argentina no falla y Francia falla dos. El campeonato del mundo regresa al continente americano, regresa a Argentina y llega agónicamente para el mejor jugador del mundo.
Tuvimos un duelo de estrategias, jugadores entregándose a tope, muchos goles, controversia, y a los dos mejores jugadores del mundo dando un cara a cara como pocos. ¿¡Qué mejor final podríamos haber pedido!? Gracias futbol, nos vemos pronto en la premier league.
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